Marta Marco y Andrés
Beladíez - Lover
Como una niña que juega
con muñecos en un rincón de la casa, haciéndolos volar y
abrazarse, estrellarse y seguir viviendo, Marta Marco comparte una
historia: la de las relaciones con uno mismo cuando aquellas que
mantenemos con los que amamos en lugar de crecer como esperábamos
nos dejan caer. Una caída que puede durar indefinidamente o hasta
que ponemos un tope y en la que es tan importante el mientras.
Asistimos a una obra con escenas diminutas que descansan en un
entramado electrónico confeccionado por Andrés Beladiez, director
de la obra. La puesta en escena evoca ese mundo de la imaginación y
el cariño que tiene la manipulación cercana de lo pequeño. Desde
la felicidad a la desesperación, desde la masturbación al deseo,
desde el sueño a las pesadillas y desde lo divertido hasta la
soledad más asfixiante, con guiños al cine y a la esperanza.